Y dijo Dios: Sea la luz. Y hubo luz.  Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. (Génesis 1:3-4)

La voz de Dios separa la luz de las tinieblas, disipa las sombras confusas del engaño. La voz de Dios se hizo carne y se le llamo el Verbo y este habitó entre nosotros, se inmoló como cordero y al resucitar levantó un pueblo de reyes y sacerdotes para Dios llamado iglesia, le dio la autoridad y la responsabilidad de expresar su testimonio y su voz sobre la tierra, para que el Padre vuelva a ser el Todo en todos. Pero ¿porqué aún no vemos a Argentina viviendo la realidad que el evangelio del reino es capaz de establecer? ¿Será que el testimonio y la voz se han degradado? ¿porqué hay tantas voces aún dentro de la iglesia?

El capítulo 1 de la carta a los Romanos habla de que aún conociendo a Dios el hombre puede caer en razonamientos vanos, en criterios bien intencionados que no son consistentes con la voluntad del Padre. No siempre lo bien intencionado o lo sincero implica que sea verdadero. Ejemplo: Una persona engañada defenderá con convicción el engaño que ha creído como verdadero. Es sincero al expresarse, pero no es verdadero. Vivimos en una sociedad saturada de voces, de posiciones y de engaños.

En el antiguo Israel Dios hacía oír su voz a través de profetas, porque su pueblo bajo la influencia de las culturas cercanas se desviaban del camino de justicia, mezclando los principios de Dios con las culturas paganas y a raíz de esto la capacidad gubernamental del pueblo de Dios se desmoronaba.

Hoy la realidad no es menor y necesitamos que la voz profética traiga orden en medio de la iglesia del Señor Jesucristo para que esta pueda gobernar estableciendo el orden y la justicia a una sociedad caótica.

La voz profética normalmente no es algo agradable a la estructuras sociales y menos aún a las tradiciones y constumbres religiosas, por eso los profetas siempre fueron perseguidos. Por el simple choque de naturalezas la voz no será agradable al sistema de este mundo y a todo lo que se conforme a él. Debido a esta resistencia tampoco es algo ligero comunicar la voz profética, pero ¡Ay de nosotros si callamos!

Esta sección es la expresión de la voz profética que el Espíritu de Dios trae para separar luz de tinieblas, para quitar la confusión y el relativismo que se ha infiltrado en la iglesia. Las expresiones aqui vertidas, son la expresiones de presbiterios profeticos y apostólicos, que velan sobre las naciones, consultando al Señor, investigando y pesando cada palabra con humildad delante del Señor, no buscando lo propio sino lo que es de Cristo, su Reino y su justicia. Su voz sobre las naciones.